Los secretos de un ambiente interior agradable

Nada más fácil que confiar en el termómetro cuando hace frío en casa o en la oficina. Sin embargo, aunque el termómetro indique una temperatura del aire estable de 22 grados, se puede sentir frío.

La verdad es que en nuestra sensación de frío influyen diversos factores. De hecho, al medir el ambiente interior solemos fijarnos en los seis factores siguientes:

• Temperatura del aire
• Temperatura radiante
• Movimiento del aire
• Humedad
• Nivel de actividad
• Aislamiento que proporcionan la ropa y el mobiliario

case Hydra Specma Denmark with Torben Bendix Nielsen and Kristian Toft

La temperatura del aire no lo es todo

La sensación térmica depende de nuestra propia temperatura corporal más que de la temperatura real del aire. Nuestro nivel de actividad también es un factor relevante. ¿Qué tipo de trabajo hacemos? ¿Permanecemos sentados ante el ordenador o realizamos un trabajo físicamente exigente?

Aunque la temperatura del aire en una habitación sea adecuada, se puede sentir frío si las paredes, techos y suelos no están a la misma temperatura. Esa es una de las razones por las que las casas de fin de semana producen sensación de frío nada más encender la calefacción. No todas las superficies se calientan a la misma velocidad. Los suelos fríos pueden resultar particularmente desagradables. Una alfombra puede ayudar a evitar que se produzcan pérdidas de calor significativas. También es importante el material del suelo. Los suelos de baldosas, por ejemplo, dan más sensación de frío que los de madera.

Late afternoon and porch doors
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Las temidas corrientes

Las corrientes de frío son otro motivo habitual de quejas. De hecho, los seres humanos no podemos sentir las corrientes, pero sí notamos que la piel se enfría si no está cubierta de ropa, como ocurre con la cara, las manos, el cuello o los tobillos. Lo que nos indica que hay corrientes es, en pocas palabras, una pérdida de calor que depende de las turbulencias que provoca el movimiento del aire, así como de la velocidad y la temperatura del aire.

Por último, es importante tener en cuenta que no todos somos iguales. Si ponemos a un grupo de personas en una habitación en la que las condiciones ambientales sean uniformes, una parte se helará de frío y otra pasará calor.